
El origen del término gótico posee, como muchos otros, una fuerte connotación negativa. La palabra “gótico” viene a significar «godo» y era utilizada por los humanistas renacentistas para referirse a un tipo de escritura medieval contrapuesta a la escritura «romana». Más tarde su utilización se hizo extensiva a la arquitectura y, finalmente, al resto de las manifestaciones artísticas como la pintura, la escultura y las artes menores. El Romanticismo será el movimiento que se ocupe de revalorizar este estilo que, durante mucho tiempo, fue despreciado por su alejamiento de la estética clásica.
Francia, y concretamente la región de L'Ile-de-France (París), es el lugar en el que se produjo su nacimiento a mediados del siglo XII, como expresión del poder de la monarquía y de la iglesia de este país. Desde aquí se extenderá a la mayor parte de los países europeos, en los que se llevará a cabo una interpretación propia del estilo con unas características que son el reflejo del pasado artístico y de la personalidad de cada uno de estos lugares.